Me siento en el reposo de madera

Observando la levedad de mi consciencia

Respiro el aroma que me queda

De aquella noche de estridencia.

Donde asomó en tu mirada

La brillantez de la apariencia

Distante, acorazada, elegante

Sin vistos de esbozar la luz verdadera.

Y sin embargo, lo supe

Lo sentí como aura que me inunda

Y nos conjuga en un solo latir.

El tiempo se detuvo allí

Con el deseo enmascarado

Por tanto miedo a sentir.

Se abrió el paraguas de tu lado

Cuando  las nubes dejaron de parir.

Caminé sin mirar atrás

Sin presiones en el horizonte

Danzando en la libertad

De sentir que una vez más

Mi propia permeabilidad

Y la puerta sigue abierta

Pues la cosecha no tarda en llegar…